Bienvenid@

Sé que la mayoría de ustedes son buenos lectores. Es posible que hasta algunos hayan leído ya el libro de Bernardo Kliksberg, titulado “Más ética, más desarrollo”, del cual les envío un extracto como “abrebocas”, apenas para engancharlos con la lectura de todo el libro.

Perdónenme el atrevimiento, pues también sé que todos tenemos mucho para leer y trabajar; pero, si hoy me tomo la osadía de compartir con ustedes este fragmento, es porque lo considero suficientemente inspirador del año que apenas inicia y que tantos desafíos y oportunidades le depara a Costa Rica.

La Cámara de Industrias tuvo a bien enviárme la obra completa en el curso del pasado año. ¡Ojalá este fragmento los invite a acometer la tarea de leer todo el libro! Si así fuera enhorabuena.

Afectuosamente,

Alberto Salom Echeverría. Ver más

viernes, 1 de mayo de 2009

Discurso del primero de mayo del 2009 (Diputado Alberto Luis Salom Echeverría)

Discurso del primero de mayo

Diputado Alberto Luis Salom Echeverría

Jefe de Fracción 2009-2010

1º de mayo 2009


“Urge un viraje 90 grados hacia el centro”


I. Agradecimientos

En primer lugar, deseo agradecer la gestión de los compañeros salientes Francisco Molina y Patricia Quirós. También a toda la fracción por su compromiso con los valores del PAC y el bien de nuestro país.


II. Contexto de esta nueva Jefatura PAC

Asumo la jefatura de fracción en un momento histórico para la Patria: es el último año de un Gobierno que le ha quedado mal a Costa Rica y a su gente: se ha profundizado la desigualdad social, la corrupción y la desesperanza de nuestro pueblo. Asumo esta responsabilidad en medio de una crisis económica sin precedentes en la historia del país, e iniciando una campaña electoral en la que el pueblo habrá de decidir entre dos caminos, o seguir por el mismo de los últimos años, que es la ruta de la desigualdad social y de la corrupción, o acometer el cambio necesario para Costa Rica, contenido en la propuesta del Partido Acción Ciudadana.


III. Nuestra labor como principal partido de oposición

“La gobernabilidad, la posibilidad de tomar y ejecutar decisiones, se construye en campaña. Se construye diciendo la verdad tal y como la concibe cada grupo aspirante, enunciando con un lenguaje claro y directo sus prioridades y compromisos, así como los requisitos y costos para avanzar en la dirección propuesta. Se trata de que cada ciudadano al acudir a las urnas sepa exactamente qué puede esperar y a qué se compromete con su voto.


El buen gobierno en la democracia es posible si se respetan las opiniones de los otros para lograr acuerdos efectivamente nacionales.



Pero para que se materialicen es necesario que cada uno exprese la verdad de su pensamiento de manera clara y transparente. Cuando lo que se dice no es igual a lo que se piensa o a lo que se intenta hacer, se consuman con alevosa eficiencia la ingobernabilidad y el conflicto.”
Ottón Solís Fallas.
San Gerardo de Dota,21 de setiembre de 2005


De todo el rico pensamiento y de las propuestas que hasta la fecha ha producido el Partido Acción Ciudadana, probablemente el extracto anterior condensa lo más importante: la gobernabilidad se construye en forma colectiva haciendo todo aquello que en campaña se dijo.


Desde hace algunos años se viene hablando en Costa Rica de ingobernabilidad. Los mandatarios generalmente se refieren a la ingobernabilidad como una queja contra la oposición, contra una supuesta ciudadanía indolente, o contra la maraña de instituciones y leyes. Nunca, ningún Presidente ha hablado de la ingobernabilidad como el resultado de la incapacidad propia para concretar en hechos todo lo que alguna vez se le prometió a la gente. Oscar Arias no ha sido la excepción a la regla.


Nuestra política está cargada de promesas incumplidas, de frases demagógicas que solo pretenden esconder la falta total de compromiso por parte de los políticos tradicionales con el pueblo. En esta ausencia de compromiso e incapacidad de realización va la simiente del ‘mal gobierno’. Como lo ha planteado Ottón Solís, allí está la esencia de la ingobernabilidad. Lo demás es secundario, comparado con la brecha, cada vez más ancha entre gobernantes y gobernados.


Cuando eso ocurre y los gobernantes no quieren reconocer su enorme cuota de responsabilidad por haber estancado al país, se recurre constantemente al ardid de atribuir a la oposición toda la responsabilidad.


Durante estos tres años hemos sido una oposición responsable, crítica, constructiva y propositiva. Hemos contribuido con nuestros votos a aprobar más de 80 proyectos que benefician a Costa Rica, provenientes del Poder Ejecutivo.


Los caducos partidos tradicionales solían “negociar” su apoyo a proyectos de ley (y lo hacen todavía), obviando la bondad de los mismos, a cambio de que el partido en el poder les concediera apoyo a los suyos; negociaciones tras bambalinas, ocultas e inconfesables que envilecen y degradan la política nacional.


Acción Ciudadana actúa regido por un principio simple, sencillo, el cual nos afanamos en cumplir meticulosamente: si un proyecto es bueno para el país, se le debe apoyar sin condiciones de ninguna naturaleza, venga de quien venga. Este accionar ha configurado una nueva realidad política en Costa Rica, que solo la mezquindad y la mala fe impiden a algunos reconocer. Desde los últimos meses del pasado año, aún sin que se hubiese terminado de aprobar la agenda de implementación del TLC, ¿no fue acaso nuestro compañero Francisco Molina, en su calidad de Jefe de Fracción del PAC, representando a los 16 legisladores, quien con más ahínco y fervor patriótico planteó que el plenario legislativo sesionara extraordinariamente con miras a aprobar proyectos de bien nacional? Alguna vez plantee que él había sido en realidad el arquitecto de dichos acuerdos. Si el período no fue más fructífero, fue fruto del “juego” político de otros, no de Acción Ciudadana.


Siempre recordamos y tenemos presente al dirigente Ottón Solís, cuando tras fundar el Partido Acción Ciudadana nos impelía a luchar “…para que la política vuelva a ser digna, justa, honesta y respetada. Para que los buenos ciudadanos no la eviten sino que la busquen. Para que las personas con vocación de servicio público se sientan bien en la política y la ciudadanía les tribute respeto y confianza.” Me parece estar viendo en esta hora a la diputada Elizabeth Fonseca, o al diputado Olivier Pérez trabajando tenazmente por sacar adelante el proyecto de ley contra el crimen organizado.


Seguiremos dialogando y apoyando todas aquellas iniciativas orientadas a beneficiar a las mayorías, pero no claudicaremos en el ejercicio estricto del control político; no seremos agentes pasivos. El país requiere un viraje de 90 grados hacia el centro. El gobierno debe abandonar el extremismo de las políticas públicas que hayan profundizado la desigualdad social, para buscar en cambio el bien común. La diferencia entre lo que se dice y lo que se hace debe desaparecer.


No hemos renunciado a la obligación del control político responsable como obligación constitucional a nuestra investidura de Diputados de la República. El Presidente Oscar Arias y su Gobierno no han cumplido sus principales ocho promesas de campaña.


Ocho magnos compromisos que hoy estamos en capacidad de sopesar y saber si al menos se tomó ese rumbo y se acometieron las tareas. El primero de ellos, combatir la pobreza y la desigualdad. Desafío a cualquiera a que pruebe que la desigualdad social ha disminuido. Hoy por hoy, Costa Rica es la nación centroamericana en la que avanza a un ritmo más acelerado la desigualdad social; vamos por la ruta equivocada, exactamente en la dirección opuesta. La desigualdad en la distribución del ingreso, medida por el coeficiente de Gini, pasó de 0.38 en 1998 a 0.43 en 2008. Un ritmo de concentración del ingreso sin precedentes en la historia nacional.


Hemos dicho que si algo espolea la delincuencia y el clima de inseguridad que se vive, es la desigualdad social, no la pobreza. Costa Rica siempre fue una nación pobre, pero nunca como ahora se vivió el clima de inseguridad y delincuencia que padecemos. Todos los estudios de opinión pública concluyen que la inseguridad ciudadana es percibida como el principal problema del país.


La desigualdad social se agiganta al vaivén de las políticas neoliberales, que este gobierno se empecina obstinadamente en mantener, mientras es un hecho ya que, en todo el hemisferio, se revisan apresuradamente las políticas emanadas del llamado consenso de Washington, empezando por los propios Estados Unidos bajo el mandato del Presidente Obama. Las políticas neoliberales estuvieron de moda en los últimos 20 ó 30 años, y son las principales responsables de la enorme crisis actual del sistema capitalista mundial, que trepida como pocas veces desde la crisis de los años 30.


El Partido Liberación Nacional en el poder, lejos de cumplir su primer compromiso, perdió el norte ideológico casi por completo, hasta el punto de que su identidad está desdibujada. El mismo combate a la pobreza en realidad no ha tenido el éxito deseado. El país está pues mal preparado para afrontar la crisis; aunque se diga que la misma viene de afuera, el gobierno del Presidente Arias fue poco previsor, ceñido al credo neoliberal; distancia señores, y gigantesca entre discurso y realidad.


El segundo compromiso consistió en integrar a Costa Rica al mundo para crear empleos de calidad. Bastaría con echar una mirada conciente sobre el mapa nacional, para corroborar que ni siquiera se puede decir que estemos en esa ruta. ¿Cuáles son las condiciones que ha forjado este gobierno en procura de ese cometido? ¿Será acaso el TLC con los Estados Unidos tal como quedó aprobado? Nada más alejado de la verdad. Más que una integración de Costa Rica al mundo, pareciera que lo más importante ha sido una apresurada apertura de las telecomunicaciones, de los seguros, y adicionalmente como se sabe ahora, ofrecer al país como un paraíso fiscal, todo con el objeto de atraer a las empresas transnacionales más voraces, que menores encadenamientos producen y que más sangran las entrañas de la Patria. Otra vez distancia entre discurso y realidad.


El tercer compromiso fue reformar el sistema educativo para ponerlo a tono con el siglo XXl. ¿Cuál es esa señera reforma educativa, que no la vemos por ninguna parte? Ni siquiera echando mano de uno de los proyectos encaminados a ser estrella de este gobierno como lo es el Programa Avancemos se podría argüir que estamos transformando la educación pública para alcanzar la calidad deseada. Lo único cierto es que continúa la deserción escolar, la infraestructura educativa sigue a la zaga de las necesidades de los centros educativos, especialmente en las áreas rurales y marginadas de nuestro país. Y como si todo ello fuera poco, este gobierno será recordado por haber propiciado, o en todo caso por no haber castigado con la energía necesaria, el más ramplón clientelismo político, llevado a cabo por muchos diputados oficialistas de este parlamento. Distancia enorme entre discurso y realidad.

Cuarto compromiso: combatir la delincuencia y las drogas. Un sainete podríamos decir que se produjo en Costa Rica, si no fuera porque los hechos son tan dramáticos, cuando el narcotráfico recientemente recobró en el sur del país un lote importante de droga que había sido incautado por las autoridades. La cooperación internacional hace esfuerzos importantes monitoreando nuestras aguas y decomisando droga, la fiscalía ha cumplido, pero las autoridades locales de la seguridad pública, son en cambio incapaces de hacer su parte. Por otro lado, el clima de inseguridad continúa campeando lamentablemente en todo el territorio nacional. El discurso se fue por un lado mientras la realidad va por otro camino.


Quinto compromiso: poner en orden las prioridades del Estado. Unos pocos ejemplos bastarán para sacar conclusiones. ¿No constituyen acaso una prioridad los aeropuertos, los puertos y los muelles? Y bien en ese terreno el gobierno ha andado dando palos de ciego, mostrando complicidad con el Gestor del aeropuerto y en consecuencia evidenciando una incapacidad absoluta de ponerle freno a la gestión del Juan Santamaría. La empresa continúa jugando con el Estado costarricense. Meritoria labor por cierto, en defensa de los intereses nacionales ha desplegado el diputado Marvin Rojas denunciando las maniobras financieras del gestor Alterra con relación al aeropuerto. En cuanto a los puertos, ¿no fue acaso Acción Ciudadana, mediante la intervención oportuna de Ottón Solís, y de los legisladores Rafael Madrigal y Marvin Rojas, quien propuso una salida sensata y justa para que en el caso de Limón, se mantuviera el actual muelle en manos de JAPDEVA, y se diera en concesión una nueva obra? La propuesta fue aceptada por el sindicato de JAPDEVA y por grupos exportadores, a pesar de lo cual, fue el propio gobierno, víctima de la prepotencia y de la insensatez el que la rechazó. ¿Se le puede llamar a eso poner en orden las prioridades del Estado?


Por otra parte, ¿no constituye una prioridad acaso, provocar una verdadera reforma tributaria, que si tuviera un carácter progresivo, habría contado y contaría todavía con el apoyo de los 16 diputados (as) de Acción Ciudadana? En esto se perdió un tiempo valiosísimo, del cual solo el gobierno de la República es responsable por su imprevisión, por su visión de corto alcance y por su oportunismo político. Titánica labor en este campo han desplegado los diputados José Rosales, Francisco Molina y Patricia Quirós; sobran los ejemplos, distancia en cambio inconmensurable por parte del gobierno entre discurso y realidad.


Sexto compromiso: recuperar la infraestructura nacional. Nunca más nuestras carreteras, puertos y aeropuertos serán un motivo de vergüenza nacional”, dijo el presidente Arias en su discurso de toma de posesión. Después de 3 años, podemos decir que aún cuando se ha acometido la tarea de impulsar obra pública conforme a las licitaciones, muchas de ellas provenientes del gobierno anterior, hoy, más que nunca, nos avergüenza la forma en cómo se han manejado las concesiones.


La Contraloría General de la República señaló recientemente problemas de control sobre la concesión de la Carretera San José – Caldera. Una vez más, como en el caso del aeropuerto, el concesionario del puerto de Caldera aduce desequilibrio financiero sin haber construido la obra más importante del contrato: una terminal granelera adecuada. Esta concesión dejó más de 1.000 desempleados con el argumento de bajar costos en las tarifas del puerto. Total el sacrificio social no sirvió y no bajaron las tarifas. Para la ampliación de la carretera San José – San Ramón, después de 3 años, no se ha hecho nada más que pedir un aumento en el monto de las tasas de peaje pactadas inicialmente, a pesar de que el concesionario no ha puesto ni una sola piedra. La ministra de Obras Públicas y Transportes, en lugar de obligar a los concesionarios a cumplir con sus obligaciones, promueve el cambio de los términos contractuales a fin de ablandar los compromisos adquiridos.


Por ello mismo, ya no se concluirá la carretera de circunvalación entre Calle Blancos y la Uruca, según lo reconoció la propia ministra Karla González. Igualmente no verán la luz en este gobierno, otros proyectos de importancia nacional, como la finalización de la nueva vía a la zona norte, la rehabilitación de San José-Limón, el anillo periférico norte, la construcción del conector Zapote-Hacienda Vieja, todas promesas del programa de gobierno de Oscar Arias.

El gobierno ha sido incapaz también de atender la infraestructura con las facilidades que brinda la Ley de Emergencias; que lo digan los cientos de afectados por el pasado terremoto de Cinchona y los escándalos de la Comisión Nacional de Emergencias. ¡Vergüenza nacional!

Sétimo, ennoblecer nuestra política exterior. A menos de un año de su gestión, el gobierno ya no habla del Consenso de San José, más bien abandonó la promoción internacional de una iniciativa que fue calificada en el programa de gobierno de Liberación Nacional como una prioridad para la futura administración. Recientemente, el presidente Oscar Arias se conformó con decir: “aún no le llega su hora, pero le llegará”, dando por cerrado este capítulo.


Sin mezquindad hemos reconocido la toma de decisiones importantes y acertadas como el traslado de la embajada de Costa Rica de Jerusalén a Tel Aviv y el establecimiento de las relaciones diplomáticas con la República Popular China y con la República de Cuba, pero es vergonzoso el secretismo y el oscurantismo que han caracterizado las nuevas relaciones con China.


Octavo compromiso: luchar contra la corrupción. Este es quizás el mayor de los fracasos de la actual administración. El país en verdad zozobra sumido en un mar de corrupción. Las señales que se dan desde la cúpula son pésimas. El Presidente finge generosidad entregando su salario al erario público, mientras por otro lado se arroga tierras del IDA, utilizando a un testaferro para estafar a una mujer beneficiaria del plan de distribución. El Presidente viaja en avioneta a actividades de carácter privado, utilizando indebidamente los recursos de los costarricenses, y otro tanto hacen altos dirigentes de Instituciones autónomas. El Presidente exonera a su ministra de vivienda por ir a un almuerzo, no exento de bebidas alcohólicas; en cambio sacrificó al gerente del Banhvi, que fue el único que reconoció su error públicamente, al reintegrar los recursos y renunciar al cargo. Igual que palmoteó y se condolió por la salida de Zumbado, su ex ministro de vivienda, quien a todas luces había malversado fondos públicos, dejando a la gente de Rincón Grande de Pavas ayunos de sus viviendas, mientras apalancaba los recursos a favor de una fundación de la que el ex ministro era aún su vicepresidente. Otro tanto hizo con el ex ministro Dobles, ante quien se deshizo en elogios, pese a que este había autorizado la explotación de un tajo a favor de una empresa en la cual tenía intereses personales y familiares. La corrupción campea en altas esferas gubernamentales señores, al parecer sin remedio. En la denuncia de estos hechos se ha destacado la fracción del PAC, menciono en particular la valentía del diputado Sergio Alfaro Salas. Sobran de nuevo los ejemplos. Pero en el gobierno, distancia profunda y ominosa entre discurso y realidad.


IV. La necesidad del Diálogo Nacional

El gobierno debe cambiar de actitud y empezar a gobernar con y para la gente. Urge un diálogo nacional para superar y mitigar la crisis económica. El presidente Arias debería aprender la lección de Obama de escuchar y dialogar con los diversos actores sociales, productivos y políticos del país.


Debido a que no es posible prever ni conocer las consecuencias reales de la crisis ni su duración, es urgente ponernos de acuerdo en las soluciones que mitiguen sus efectos, tal y como lo señaló Ottón Solís en carta dirigida al presidente Arias el pasado 24 de abril:

“…se necesita voluntad política, capacidad para escuchar y el diálogo (…) entre los diversos actores políticos y sociales.

() en una actitud propositiva, diversos sectores nacionales (…) han presentado al país una serie de iniciativas que (…) de alguna manera complementan la propuesta de su gobierno denominada Plan Escudo. Entre estas se encuentran las de la Cámara de Exportadores (...) la presentada por la Unión de Cámaras (…) y la que se presentó esta mañana –se refiere a la mañana del viernes 24 de abril- por diversas organizaciones sociales y distinguidos ciudadanos, denominada "Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva".

Las diferentes propuestas, y desde diversas perspectivas, proponen proteger el empleo, sostener la producción nacional, atender a las familias que se verán más afectadas por los problemas económicos y aprovechar la crisis para resurgir a un nivel superior de desarrollo.

Estas iniciativas convergen en la urgencia de establecer un diálogo. (…) Le insto y solicito asumir esa responsabilidad histórica de convocar a ese diálogo, para escuchar y tomar en cuenta estas diversas propuestas y que entre todos logremos una ruta común para afrontar como país y de manera unida los retos de la crisis, siempre guiados por el bien común de la Patria.

Esta, Señor Presidente, es la ruta para profundizar nuestra democracia y cimentar las bases de una verdadera gobernabilidad democrática que contribuya a la paz social. “

Como principal fuerza de oposición y por nuestra vocación de gobierno, somos concientes de nuestras obligaciones y vemos con claridad la función democrática que fuimos llamados a cumplir. Apoyaremos todas aquellas iniciativas que garanticen el bien común y continuaremos luchando contra la corrupción.


Mientras tanto, las y los diputados del PAC han continuado con su labor tesonera: La diputada Grettel Ortiz, descolla en el campo de la lucha porque prevalezcan las políticas medioambientales en el desarrollo nacional; Leda Zamora y Ronald Solís han sido pilares en la defensa y proyección de la institucionalidad pública, especialmente del ICE y del INS, Lesvia Villalobos se ha fundido como nadie, en un solo abrazo con los indígenas y las personas con discapacidad; Patricia Romero, el Dr. Orlando Hernández y de nuevo José Rosales han sido bastiones intentando armonizar las posiciones de los colegios subvencionados y de las organizaciones magisteriales para dotar a los primeros de una legislación adecuada, buscando ampliar las oportunidades de estudio para las capas medias de la población y en general para estudiantes de escasos recursos, sin que ello redunde en un debilitamiento de la educación pública; el Dr. Hernández se ha destacado también en la lucha en general por apuntalar la salud pública, pero de manera particular contra el tabaquismo. Ha sobresalido el diputado José Joaquín Salazar por su empeño en que se focalicen las políticas públicas en el desarrollo del mercado interno y en la defensa de la pequeña y mediana empresa, urgida de la subvención del Estado.


V. Costa Rica necesita al PAC: somos un partido con vocación de Gobierno

Hemos trazado una ruta de propuestas que en ocasiones ha sido invisibilizada en el Congreso y menospreciada por el Poder Ejecutivo, pero los costarricenses deben saber que hemos presentado e impulsado iniciativas de ley para reformar la estructura fiscal y avanzar hacia un sistema de recaudación y distribución progresivo, para fortalecer nuestro sector agropecuario, descentralizar la toma de decisiones y las funciones del Estado, para despolitizar los nombramientos en el sector público, para fortalecer nuestros gobiernos locales y para atender en forma efectiva áreas del desarrollo a las que, el Estado no debería jamás renunciar: la educación, la seguridad, la salud, la infraestructura de servicios, la innovación y el desarrollo científico y tecnológico. Tenemos buenas ideas, muchos proyectos y la convicción de que podemos generar los cambios que el país requiere y los costarricenses merecen.

Si bien hoy somos el principal partido de oposición, nacimos para hacer Gobierno. Somos un partido con vocación de Gobierno. La presencia del PAC ha contribuido a mejorar el debate y la calidad de la política costarricense


Desde este estrado puedo asegurarles que nuestra fracción duplicará en esta última legislatura su esfuerzo para avanzar en la aprobación de las iniciativas de ley que favorezcan el bien común, y por acompañar cada crítica, cada observación, cada denuncia con una propuesta. Ofrecemos trabajo, más trabajo. Estamos, para decirlo en pocas palabras dispuestos a demostrar al menos en la responsabilidad que toca al partido Acción Ciudadana, que no es cierto el prejuicio de que el año electoral no es propicio para que avance la agenda legislativa en lo concerniente a las grandes prioridades nacionales.


En Costa Rica, no debería haber lugar ya para los extremismos de las políticas neoliberales, menos aún para la corrupción. Seguiremos en la ruta de un control político responsable y en la actitud propositiva mediante el diálogo y la búsqueda de acuerdos con TODOS los sectores. Siempre basados en la transparencia y la rendición de cuentas y guiados por la búsqueda de la gobernabilidad democrática, el bien común y la paz social de Costa Rica.


Muchas gracias!!


Asamblea Legislativa

San José de la Boca del Monte

1º mayo 2009

1 comentario:

  1. Sincerámetne lo felicito Lic. Salón a Oacar Arias hay que decirle las cosas tal como son de frente en su cara para que sienta el clamor del pueblo, usted es la voz de los que no tienen voz, así nos decía Monseñor Romero en sus homilías, y eso es exactamete lo que usted ha hecho este día, Costa Rica no requiere un cambio de partido político, sino un cambio de sistema político, la corrupción en este sistema político es normal, lo anormal sería que no existiera, así se ha manejado históricamente el capitalismo salvaje, lo que interesa es el dólar, las personas son secundarias, no hay que darle muchas vueltas a este asunto el problema es: LA INJUSTA REPARTICIÓN DE LA RIQUEZA, y seso solo se supera cuando el pueblo tome el poder. Siga adelante, cuente mi apoyo solidario.

    ResponderEliminar