Un pedacito de la verdad
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/08/opinion1957654.htmlEl presidente Óscar Arias descalifica al PAC porque este lo critica
Jefe de fracción, PAC
La verdad suele escabullírsele a quien la invoca; el que con frecuencia habla en nombre de ella, a menudo se equivoca. El presidente Arias descalifica al PAC porque este lo critica, y a sus dirigentes nos califica de mezquinos. En política la soberbia es mala consejera. El Presidente ciertamente no tiene el monopolio de la verdad; el PAC tampoco la tiene. Lo que hay son dos caminos diferentes, dos maneras de ver la realidad, el respeto a la diferencia es por lo tanto clave en esta hora difícil para Costa Rica.
Hemos dicho que estamos dispuestos a dialogar con todos los sectores y desde luego con el Gobierno; lo reitero ahora, pero eso en modo alguno significa que debamos cejar en nuestra convicción de que se debe denunciar la corrupción y ejercer el control político, nunca dejaremos de señalar la alta responsabilidad que el gobierno tiene en ello. Esta es la esencia de la democracia.
Tradición espuria. Muchos políticos tradicionales se habían acostumbrado a una oposición complaciente con el ejecutivo y a negociaciones espurias y debajo de la mesa. El presidente Arias parece asido a esa tradición. Por eso se muestra remiso ante la crítica. El “toma y daca” de otrora se debe acabar porque no es beneficioso para el país.
Nuestro concepto de la negociación política es otro. El PAC ha votado más de 80 proyectos, provenientes del ejecutivo, que convertimos en ley en la Asamblea Legislativa, sin pedir nada a cambio, simplemente porque estamos convencidos de que son beneficiosos para el país. Pero eso no significa que avalemos la ruta por donde nos quiere llevar el presidente Arias, tenemos la convicción de que en algunas cuestiones esenciales va por la senda equivocada.
En Costa Rica, desde 1998 se viene produciendo un proceso de concentración de los ingresos muy intenso, la desigualdad social crece medida por el coeficiente de Gini a un ritmo peligrosamente alto, entre ese año y el 2008 pasó de 0,37 a 0,43, el más acelerado de todo Centroamérica. Esta realidad, no la inventó el PAC, es resultado de políticas equivocadas, que hoy, ya en los propios Estados Unidos el presidente Obama ha comenzado a rectificar.
Pero aquí no, Arias es de los pocos presidentes en el continente que, invocando un pragmatismo ramplón, continúa en lo sustantivo amarrado al credo neoliberal. Esta desigualdad no es buena para el país, y es la fuente principal, junto al narcotráfico, de la delincuencia y del clima de inseguridad que padecemos. Se impone una rectificación urgente, y el PAC está firmemente convencido de que se debe producir en bien de todos.
Reducir la desigualdad. Si el Gobierno quiere más presupuesto para invertir en seguridad, el PAC está de acuerdo en ello, pero no hay inversión que valga en este campo, si no zanjamos la brecha de la desigualdad social que nos abruma. Aprobemos además a la brevedad posible la ley contra el crimen organizado, pero al mismo tiempo el Gobierno debe ceder en su incomprensible obstinación por no aumentar el presupuesto que se destina a la educación pública.
Las necesidades en infraestructura, en capacitación de maestros y profesores, no obstante lo invertido, continúan siendo apremiantes, si se tiene una visión de largo plazo, y como ha dicho el dirigente Ottón Solís, la educación pública debería ser la prioridad nacional, si es que en verdad se quiere enrumbar el país al desarrollo. El presidente Arias, por su parte, igual que lo hizo Ottón Solís, se comprometió en campaña a aumentar el presupuesto del 6% al 8% del PIB; ahora, sin haber dado razones convincentes, abandona su compromiso.
En lo que a mí respecta, como nuevo jefe de la bancada del PAC en el Congreso, le pongo oídos sordos a los insultos, le pido al Presidente que abandone la soberbia, debemos ser humildes y estar dispuestos a rectificar. Recientemente el presidente Arias, respondiendo el llamado de monseñor Barrantes al diálogo y la concertación, dijo algo que es preocupante cuando afirmó que eso era perder el tiempo; concertar nunca es perder el tiempo.
Hay que escuchar a todo el mundo, aunque nos parezca que nos critican infundadamente. La responsabilidad de rectificar en el Gobierno es de quien lo lidera, pero también de todo el gabinete. Me comprometo ante el país a dar lo mejor de mí mismo, para que prevalezcan las políticas públicas priorizando a los más necesitados; estoy seguro de que mis compañeros y compañeras legisladores y legisladoras del PAC, están dispuestos, al igual que lo estoy yo, a servirle a este país en lo que todavía resta de esta legislatura, pero el Gobierno debe dar muestras de humildad. Recuerdo ahora nuestro compromiso con el diálogo.
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